domingo, 16 de marzo de 2014

Sentimientos Cuaresmeros

Sentimientos cuaresmeros:

Totalmente atípica, la Cuaresma y Semana Santa en Puente Genil, llegamos a nuestra pequeña patria, sábado en temprana hora, y al bajar la ventanilla de nuestro coche un olor conocido impregna nuestro olfato, ese olor a almazara, ese olor que recordamos de nuestra niñez. ese olor que añoramos desde la lejanía...
Ya sabemos a donde hemos vuelto a nuestro Origen, a nuestra Andalucía, que parecía no haber comenzado ni aún después de pasar Despeñaperros, hasta que ese olor a aceite y vino no ha inundado nuestros sentidos presentía que no hubiésemos aún traspasado las fronteras de nuestra ciudad de origen.

Bajamos las maletas de nuestro vehículo y las subimos a casa, pero ya sabemos que hemos vuelto a nuestro hogar, mi vecino de toda la vida se acerca a interesarse por nuestro bienestar, la salud, los niños, una año de lejanía que deja un vacío que es dificil de explicar en los pocos minutos que tenemos para atenderlo, porque estamos nerviosos, deseando de ver y atender lo que realmente nos importa, aqui tenemos padres, hermanos, primos... personas que realmente nos importa y que deseamos abrazar, y yambién tenemos otra clase de "hermanos", aqui nos inunda un sentimiento dificil de explicar o compartir, son "hermanos" pero no lo son de sangre, no compartimos padre o madre, pero compartimos algo imposible de transmitir, algo que no puedo aclarar con palabras, pero que nos hacen volver cada año a verlos, a sentirlos, a compartir con ellos momentos que se hacen inolvidables y que perdurarán en nuestro recuerdo para siempre.
Ya hemos visitado a nuestra familia, y esperamos espectantes, dando un paseo por nuestra Matellana, saludando a amigos de toda la vida, pero deseando que den las dos porque un "hermano" nos ha invitado a su cuartel, o vamos a nuestro propio, si tenemos la inmensa suerte de poder participar un uno, a abrazar a las personas que nuestro corazón dejó atrás hace casi un año.
Posiblemente el visitante no entienda el porqué nos emocionamos tanto, el porqué lloramos cuando entramos por la puerta del "grupo" y empieza el hilo de abrazos que se hace a la vez eterno y breve, porque quisiéramos que no se acabase nunca.

Una cervecita para hacer cuerpo y ya pasamos a un vino de nuestras bodegas, del que hacía un año que no probábamos, la primera copa nos sabe fuerte, hay que acostumbrar el paladar, ya partir de la segunda copa ya entra más suave, siempre tienes un "hermano"  que te invita antes de que el líquido color oro vea el fondo del vidrio.
Sobre la mesa las mejores viandas, un buén jamón, un buén queso, nunca faltan, hay que comer y empapar, para inducir al vino a que cumpla con su cometido, que no es otro que llenar ese vacío que un año de lejanía ha provocado. A cada "uvita" que brindamos,sentimos como es lajanía pierde poder, vuelvo a estar en casa, atrás queda ese largo periodo en que soñaba con volver a mi hogar, este año ha podido ser y he vuelto, no sabemos si el queviene estaremos, pero es mi momento y quiero, necesito disfrutarlo.
El almuerzo acaba y subo a la matallana, tomo café con tres o cuatro de mis "hermanos" y lozano, como si veinte años me hubiesen quitado del cuerpo, me vuelvo a casa para descansar un ratito, no mucho porque el tiempor es mi enemigo y yo quisiera pararlo, pero como no es posible ando raudo a refrescarme porque a las nueve me vuelven a esperar en el "cuartel" para la cena.

Gracias señor por permitirme compartir esta esplendorosa mesa, llena de algo más que amigos, ya lo hemos denominado antes "hermanos", esta noche veré como uno de nosotros "mete la pata", a la " Vieja Cuaresmera"  le quedan solo cuatro, señal de que estoy en tercer Sábado de Romanos, esto aún no ha comenzado y ya estoy temiendo que se acabará antes de lo que yo quisiera.
La mesa ha estado perfecta, el presidente ha la llevado con una sapiencia de la  que yo no hubiese sido capaz, creo que nuestro Señor de la Humildad y Paciencia lo ilumina cada vez que toca a silencio porque hay que interrumpir la magnífica tertula que tenemos entre nosotros, los tres "hermanos" que al entrar por la puesta del "Cuartel" nos hemos buscado con la mirada, sin decir nada, solo un abrazo que casi ahoga y un guiño de complicidad, "ahora nos sentamos juntos y me cuentas.." claro que le cuento, le cuento lo feliz que estoy por volver a compartir mesa con él, no le contaré el problema del mes pasado porque eso no viene a cuento, si acaso al final de la noche, cuando los corazones se desborden, le haré una pequeña referencia, y él se interesará hasta el punto en el que el problema deja de serlo, porque mi "hermano" me pinta la vida de otro color.
Que arte tiene mi presidente, es capaz de levantarse en una mesa eufórica de sentimientos, y que se haga un silencio sepulcral, nadie chista, se interrumpe la conversación junto por donde iba, después seguiremos contandonos vivencias, pero ahora esta el presiente (o algún invitado) en pié y hay que escuchar, el momento de hablar se pospone unos minutos.
Se canta alguna saeta, muchas cuarteleras, y subimos al calvario, a los pies de nuestro Nazareno, a cumplir con una tradición no escrita, pero que todos sabemos debemos cumplir.



A la bajada está la cena, el tapeo ya pasó, es hora de echar una jugosa vianda, normalmente con caracter andaluz, al estómago, y así calmar los efluvios que el vino está dejando sobre mi sangre, hay que alimentarse bien para acabar la noche como debe de acabar, con un grato recuerdo, sin malas bebidas, sin dar paseos de uno al otro lado de la acera, sereno, fresco, todo ha sido grato y así debe terminar.

Llego a casa, tarde, las doce las marcó el reloj hace muchas horas, añorando la próxima vez que vuelva a repetir la experiencia.

Con suerte, en Semana Santa, podré permitirme dejar unos días el trabajo y volver a venir a mi Puente Genil querido y añorado, nuestro Señor me dará fuerzas para volver, estoy seguro de ello, y así poder vestir una de las figuras de mi cuartel, ver desfilar a los Romanos por nuestas caller, y volver a degustar nuestros aceites y vino, que tanto echo de menos al estar lejos de nuestro pueblo.

Un fuerte abrazo a todos los mananteros que entienden lo que mi corazón ha querido transmitir.

www.origenAndalucia.es
Avda. Manuel Reina, 2, 1º
14500.- Puente Genil
Córdoba

No hay comentarios:

Publicar un comentario